Para Samuel L. Jackson estar nominado al Oscar «no es» un honor: «La mayoría de gente lo olvida»
Tras su nominación en 1995, el actor recibió el Oscar honorífico el pasado 2022.
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Sin entrar en lo que parece una devaluación constante del evento, los Premios Oscar siguen siendo la máxima distinción dentro del séptimo arte. Sí, puede que la Palma de Oro de Cannes suene más seria o que el León de Oro de Venecia acuñe grandes dosis de solemnidad a su portador, pero todavía en la actualidad, alzar la efigie del «tío Oscar» supone entrar de lleno en la historia del celuloide y de paso, en la cultura popular de los espectadores. Sin embargo, por cada vencedor hay varios derrotados que en su momento tuvieron su oportunidad en las diferentes candidaturas. Y a estos no se les recuerda tanto, más bien y como reconoce Samuel L. Jackson, se les termina olvidando. Por eso y como acaba de señalar recientemente el reconocido intérprete, no existe un honor sobre estar nominado en la alfombra roja, pues para él la distinción sólo es total si terminas levantando el oro.
Los premios de la Academia a veces tienen mucho de política y desgraciadamente, poco de validación artística. El ejemplo más evidente de esto reside en algunas ganadoras al Oscar a Mejor película, como en el 2022, cuando CODA: Los sonidos del silencio terminó logrando la máxima distinción en la 94ª edición de la distinguida gala. Una corrección que ya se ve en la propia recepción de las nominaciones, donde los intérpretes celebran tradicionalmente estar entre los candidatos, explicando que el tan recurrente adagio «estar nominado ya es un premio». No obstante y a sus 75 años, Jackson ya no tiene por qué guardar las formas ni contentar a los responsables que deben decidir qué actuaciones son dignas de optar al reconocimiento. Por eso cree que definitivamente, sus compañeros de profesión deberían dejar de utilizar la coletilla agradecida en las nominaciones y empezar a pensar en la pura realidad: todo el mundo termina olvidándose de los nominados.
No es un honor estar nominado
Al igual que sucede con la comparativa del fútbol, nadie-más allá de los propios aficionados de dicho equipo-termina acordándose del subcampeón. Ni que decir, ni mucho menos, de los terceros y los cuartos puestos. Un modelo todavía más doliente en su equiparación con los resultados dictados por la Academia, donde ni siquiera existe la idea de un «Oscar de plata» o un «Oscar de bronce».
Un concepto de la industria que Samuel L. Jackson conoce mejor que nadie. El de Washington, más allá de tener una carrera memorable, únicamente entró en las quinielas de los académicos en 1995, gracias a su icónico papel de Jules en Pulp Fiction. Desde entonces y aunque el actor ha encadenado varios títulos de cuestionable calidad, su filmografía tampoco está exenta de otras grandes performance y brillantes personajes, como en El protegido o Django desencadenado. Y claro, desde la consideración honorífica que busca recompensar las injusticias y los descréditos de estos premios con algunas trayectorias, Jackson terminó recibiendo dicho galardón especial en 2022 a su labor en el negocio audiovisual. Así él, que ni siquiera ha estado nominado en más de una ocasión, conoce perfectamente la intrascendencia de no terminar levantando el victorioso trofeo interpretativo.
«Llevamos en este negocio el tiempo suficiente para saber que cuando la gente dice ‘Es un honor estar nominado’. No, no lo es», le contaba al medio Associated Press. Después, el actor fetiche de Quentin Tarantino explicó que optar al premio es un honor si terminas levantando la estatuilla y que incluso, no es seguro que la gente lo vaya a recordar:
«Te nominan y la gente dice ‘Sí, me acuerdo de eso’. O la mayoría de la gente lo olvida. Generalmente es un concurso en el que no te presentaste voluntario. Yo no entré allí para poder decir ‘Dejadme hacer mi escena, para que os acordéis de quién era’. Te nominan y la gente dice ‘¿Cuál es la película por la que estás nominado? ¿Cómo se llama esa cosa? Y cuando se acaba, a la gente le cuesta recordar quién ganó», sentenciaba.
Precisamente, Samuel L. Jackson no ganó por Pulp Fiction, pero la mayoría tampoco recordará que quien se alzó en aquella edición al Oscar a Mejor actor de reparto fue Martin Landau por Ed Wood.
Samuel L. Jackson y las franquicias
A pesar de no haber sido un recurrente dentro de las consideraciones académicas, Jackson es sin ningún tipo de duda uno de los actores más carismáticos de la escena, con una presencia imborrable en franquicias comerciales del nivel de Star Wars y Marvel. De hecho, es el actor vivo con mayores ingresos en producciones, con su nombre en más de 250 créditos y con una recaudación conjunta de sus películas que asciende a más de 27.000 millones de dólares.